¿Qué estamos haciendo mal para que cada vez haya más problemas de salud intestinal?
Episodio #89 - Los malos hábitos que más dañan tu microbiota, con Lucía Redondo
Entre que hemos normalizado vivir con la tripa hinchada, tener malas digestiones y comer a cada rato, no es raro que cada vez se hable más de #SIBO y haya tantos problemas intestinales.
Lo bueno de esto es que comenzamos a cuestionarnos cosillas… como que no es normal que después de comer tu digestión sea pesada, estés hinchado o tengas que tomar Omeprazol cada dos por tres.
Pero tampoco conseguimos una microbiota sana solo con tomar probióticos y ya está. Por eso en este episodio con Lucía Redondo, nutricionista, especializada en SIBO y salud digestiva, hemos hablado de esos malos hábitos que no nos ayudan para nada a cuidar la salud del intestino y cuáles son las estrategias adecuadas.
En este newsletter te doy el resumen de este episodio:
Cómo afecta el estilo de vida que llevamos a nuestra microbiota.
El papel de los alimentos en la salud intestinal.
Cómo cuidar de verdad nuestra microbiota de forma integrativa.
1. La verdadera solución no es el tratamiento con antibióticos
El SIBO de hoy es similar al síndrome del intestino irritable del que se hablaba hace unos años… y que parecía que casi todo el mundo padecía.
El SIBO es un sobrecrecimiento de microbios en el intestino delgado. En ese intestino es donde debemos digerir y absorber los alimentos y si hay un exceso de microbios, pues empiezan a aparecer cosillas como las intolerancias alimentarias, hinchazón abdominal, gases… etc.
Hasta aquí podemos pensar: vale, pues si el problema es un exceso de microbios, la solución es un tratamiento con antibióticos ¡y listo!
Problema: haces el tratamiento, mejoras durante un tiempo y luego… recaes. Y así una y otra vez.
“El problema del SIBO del que más se habla son las recaídas. Si no hacemos algo sobre las causas que han llevado a ese sobrecrecimiento bacteriano, pues evidentemente vamos a tener recaídas y la abrriga va a volver a hincharse”
Lo que dice Lucía es que no solo es un exceso de microbios sino una alteración y por eso no podemos tratar un SIBO solo con antibióticos. De ahí que el verdadero tratamiento que propone Lucía es uno integrativo, con medicina herbácea por ejemplo y desde luego con la alimentación como aliada. Este es el verdadero tratamiento sostenible en el tiempo.
Algo bueno de que el SIBO tenga tanta difusión ahora mismo es que está permitiendo que se deje de normalizar virir con la barriga hinchada después de comer. Porque el caso es que “la digestión no se te debe notar”.
2. ¿Hay más casos de problemas digestivos que antes?
Es una realidad, apunta Lucía y las causas, aunque son variadas, están asociadas a esto:
Vivimos alejados de nuestra fisiología natural como seres humanos.
Abusamos de fármacos como antibióticos, el Omeprazol, analgésicos como el Ibuprofeno, etc. Toda esa carga farmacológica afecta la microbiota.
Alimentación ultraprocesada.
Disfunciones en el descanso.
Exceso de estrés.
Bueno… lo que ya sabemos.
“Y esto parece que pasa solo en adultos, pero cada vez hay más niños pequeños con problemas digestivos… lo cual va asociado a qué pasó desde el vientre materno, en el parto, en la lactancia. Porque hay una parte de nuestra microbiota que viene heredada del vientre de la madre”
3. Señales digestivas que debes hacerte mirar
Hay pacientes y pacientes y cada caso es un caso… pero puedes poner atención en algunas señales:
Si te sientan mal muchos alimentos.
Si después de las comidas sueles sentirte muy empachada y con digestiones pesadas.
Si estás constantemente con hinchazón de barriga.
La heces son importante observarlas. Deben estar bien, compactas, de color normal y sin olores putrefactos.
Un ejemplo que mencionó Lucía es la conocida intolerancia a la fructosa (a comer ciertas frutas como manzana, pera, mango, etc.):
“Si no te sienta bien comerte una mananza, eso es una señal de que en tu intestino pasa algo… de que hay una alteración de microbios que no están gestionando bien la fructosa”.
La solución no es tener una dieta baja en fructosa para siempre.
“Por no comer fruta no pasa nada, pero la disbiosis está ahí y a la larga te va a dar problemas”.
Una dieta baja en FODMAP ayuda a tratar síntomas, pero no es una solución a largo plazo. En paralelo, hay que hacer un tratamiento integral.
4. ¿Cómo es el tratamiento integrativo para problemas digestivos como el SIBO?
El tratamiento se plantea en dos fases:
Una fase de limpieza (con herbáceos) que suele durar 1 mes y luego una fase de recuperación de las mucosas intestinales.
¿Y los probióticos?
Pues hay un error asociado a esto y es el de tomar probióticos antes de la fase de limpieza.
“Si tienes una persona con SIBO y le das probióticos, normalmente no se tolera bien porque tienes un berenjenal en el intestino. Una vez haces la fase de limpieza, podemos usarlo”.
5. Los malos hábitos que dañan la microbiota
Comer a cada rato.
Esta idea de que tenemos que comer muchas veces al día, es errada. De hecho, hay evidencia de que estas pausas (o ayunos) favorecen la microbiota y el llamado complejo motor migratorio, ese proceso que ayuda a retirar el exceso de comida, microbios y tóxicos.
No solo es lo que comemos, sino cuándo comemos.
Cenar pronto, por ejemplo, es quizás lo que más nos cuesta con el ritmo de vida que llevamos. Dice Lucía que lo usual es hacerlo pronto, entre las 19:00 y las 20:00 hr.
Evitar la alimentación disbiótica.
Por supuesto lo que ya sabemos… una alimentación con procesados, azúcares, grasas vegetales, es totalmente contraria a una buena salud intestinal.
El mito de las guías alimentarias y el “cuánto más variado mejor”.
La pirámide alimenticia tradicional y todo lo que dicen ciertos organismos internacionales (sí… como la OMS), lo que tienen de fondo es un apoyo a intereses de la industria alimentaria. Esa “falacia de la variedad”, como le llama Lucía, es un error.
6. Ayudas a nivel alimenticio
El consumo de alimentos fermentados como el kéfir, chucrut, kombucha, etc.
En este episodio hablo con un experto sobre cómo comer alimentos fermentados reduce la inflamación. Y en este episodio te cuento cómo me ha ayudado consumir kéfir y cómo lo hago en casa.
Incorporar las especias en todas las comidas es una forma de aportar polifenoles que van a ayudar a la microbiota. Lucía ha mencionado el comino, el jengibre, la cúrcuma, el orégano, tomillo, etc. Y también otros como el cacao puro o el té verde, cargados de antioxidantes y polifenoles.
¡Ayuditas extras!
Gracias por estar ahí 🥰
Sigamos Cambiando un #TodoMal por un #TodoBien
¡Nos leemos pronto!
Nina.
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