Cómo evitar inflamar a nuestro cerebro para pensar (y vivir) mejor
Episodio #77 - La neuroinflamación: señales de un cerebro que no funciona bien, con Antonio Valenzuela
Es muy fácil hablar desde la calma…
Lo digo porque mientras escribía esta newsletter tenía una vista privilegiada a la ciudad de Funchal (en la isla de Madeira), a donde me he escapado esta semana para visitar a mi abuela. Por eso también, este newsletter te llega con retraso (debió haber aterrizado el lunes), pero tenía el cerebro inflamado con tantas cosas que terminar antes del viaje, y no me dio tiempo 😅. Así que decidí retrasarlo para 1) hacerlo bien, 2) aprovechar la inspiración de la vista y 3) como consecuencia de lo anterior, desinflamar mi cerebro.
La neuroinflamación es un mal que con frecuencia convive con nosotros y en este episodio con el psiconeuroinmunólogo Antonio Valenzuela le pregunto cómo evitar inflamarlo y qué hábitos son los que benefician al cerebro.
“Las neuronas no duelen…”
Y como no duelen, se pensaba que el cerebro no se podía inflamar. Por suerte, la ciencia ha avanzado lo suficiente para hacernos saber que sí.
¿Es normal que el cerebro se inflame?
Por causa de procesos normales, sí. Esto va desde pensar hasta reaccionar ante una situación de emergencia, o incluso ante un enemigo externo como una bacteria. En estos casos la inflamación es un mecanismo de defensa bueno y necesario.
Lo que NO es normal es que el cerebro se inflame a causa de la vida moderna
Lo más común es por estrés, mala alimentación, contaminación, etc., y cuando es así, deja de ser una inflamación normal del cerebro en un momento puntual, y pasa a ser algo crónico.
Pongamos un ejemplo:
“Cuando comemos, el cerebro también se inflama...” Por eso, si hacemos una comida muy pesada, el cerebro se desconecta para priorizar el proceso digestivo. Evolutivamente, esto tiene sentido. Si te interesa, Antonio lo explica muy bien en el episodio.
Ahora, si eres una persona que come 5 o 6 veces al día, o que normalmente cenas a las 11:00 pm pero desayunas a las 7:00 am (o incluso antes), prácticamente pasas todo el tiempo con el cerebro inflamado, ¡y eso ya deja de ser normal!
Lo mismo pasa si son las 11:00 pm y estamos con una luz intensísima de pantalla o muchas luces blancas encendidas. Esto hace que el hipotálamo se desorganice y como consecuencia, entiende que hay un riesgo y manda mensaje al cerebro de que se inflame.
Como ves, estamos hablando de hábitos que hacemos todos los días: comer y dormir.
Los síntomas clásicos de la neuroinflamación a causa de la vida moderna
Neblina mental
Dificultad de concentración
Dolores de cabeza constantes
Todos estos podríamos resumirlos en esa sensación de somnolencia que hace que nos cueste trabajo pensar o recordar cosas sencillas u ordinarias, y que también se manifiesta como una cefalea, como cuando pasas una noche sin dormir y te sientes como desorientado.
¿Cuándo estos síntomas pasan de ser algo puntual a algo crónico?
Cuando se vuelven común, un día tras otro… y no hay una causa concreta y puntual que lo explique. Si comemos mucho y mal, dormimos mal, etc… y todo esto de forma cotidiana, estos síntomas se vuelven comunes, ¡pero esto no quiere decir que son normales!
Los hábitos que sí ayudan al cerebro
Lo que comes y cuántas veces comes:
“Entre el 70% y el 80% de las células defensivas del cuerpo están en intestino, por lo tanto es la puerta de entrada más grande a nuestro organismo”.
Entonces, una alimentación de baja calidad y llena de procesados es igual a una alimentación pro-inflamatoria.
Es decir, generamos una inflamación de las células, que a continuación van a verter esa inflamación en el torrente sanguíneo y por tanto, van a llegar al cerebro.
Por eso se dice que un patrón de bacterias (microbiota) disbiótico es igual a un cuerpo inflamado.
El ayuno:
“Cuando no comemos es cuando el cerebro se nutre”.
En los periodos de ayuno el cerebro prioriza la energía que hay en el cuerpo a su favor. Al contrario, cuando tenemos la tripa llena, el cerebro prioriza la nutrición de otros órganos. ¿Podemos entender por qué lo pasarnos el día picoteando comida es contraproducente para el cerebro, no?
El descanso:
Si el ejemplo anterior sobre estar despiertos a las 11:00 pm y con pantallas, se parece mucho a tu rutina nocturna, ya sabes que el hábito que necesita tu cerebro es lo contrario. Menos luces y más descanso visual para preparar al cerebro para dormir.
Sigamos Cambiando un #TodoMal por un #TodoBien.
¡Nos leemos pronto!
Nina.
¿Qué te pareció el newsletter de esta semana? 🤩 🤔 👎
🎙️Suscríbete al podcast aquí.
⚡Dime qué temas quieres que incluya, te leo en instagram