Los beneficios de enseñar a los niños a comer de forma consciente
Episodio #81 - Mindful Eating: Los beneficios para padres e hijos con Itziar Digón
Del “te comes todo lo que tienes en el plato” al “confía en la sabiduría interna del niño”.
¿En qué momento hemos pasado de la disciplina de obligar a los niños a terminarse un plato de comida a la afirmación de que educarles así es contraproducente?
El mindful-eating desde la teoría suena estupendamente pero muchos padres tienen dudas sobre su viabilidad en la práctica.
A esto se suman otros miedos: ¿cómo sé que no me va a manipular?, ¿cómo puedo fiarme de que controle su nivel de saciedad?, ¿y qué hago si no come de todo…?, ¿cómo me aseguro de que se alimente bien?
El mindful-eating (o alimentación consciente) da respuesta a todo esto, pero lo importante es saber CÓMO PRACTICARLO DE MANERA REALISTA. Por eso he invitado a Itziar Digón, psicóloga y nutricionista especializada en mindful-eating infantil (¡y madre también!) para entender cómo funciona.
En este newsletter te doy el resumen de:
Por qué la alimentación consciente es mejor que la educación alimentaria que conocemos de toda la vida.
Cuáles son las condiciones para que llevarlo a la práctica y conseguir progresos.
Cuáles son las ideas erradas que tienen los padres sobre la alimentación de sus hijos.
Empecemos por el final…
¿Cuáles son las ideas erradas que tienen los padres sobre la alimentación de sus hijos?
Pretender adaptar al niño a la alimentación de los adultos, según unos estándares X de cómo creo que debe comer.
Pues Itziar lo deja muy claro: primero tienes que saber qué tipo de comedor es tu hijo. Obsérvalo y evalúa cosas como:
-¿Le gusta comer o lo hace como una actividad más?
-¿Come con emoción?
-¿Come impulsivamente o se toma su tiempo?
La actitud y emociones en torno a la hora de comer.
¿Cómo es la hora de la comida? ¿Hay calma o tensión? ¿Tu como padre-madre te sientas a comer con plena conciencia de disfrutar el momento o estás con prisa por acabar?
Sesgar el paladar desde pequeños con productos (que no son alimentos).
Itziar sugiere no adelantarse a estos acontecimientos y pone un ejemplo propio: Su hijo mayor se está comiendo un helado y le pregunta si le puede dar a probar a su hermano pequeño, y ella le responde que si él no lo está pidiendo, pues no hay necesidad de ponerle en contacto con eso. Ya vendrá el momento en que lo pruebe por esa dinámica propia de contacto social con otros niños (colegios, cumpleaños, etc…). Esto lo que nos lleva es a priorizar la alimentación natural, que conozcan y se identifiquen con los sabores naturales de los alimentos. Que puedan percibir el dulzor natural de una banana en vez de un zumo con azúcar añadida, que les va a confundir el paladar.
¿Qué tiene el mindful-eating que no tiene la educación alimentaria de toda la vida?
A diferencia de lo que estamos acostumbrados, “la alimentación consciente no pone reglas en la alimentación de los niños, sino que te enseña a ti, como padre-madre, a que les enseñes a confiar en su sabiduría interna”.
Ojo, se trata de usar mensajes flexibles pero poniendo límites.
Como padres tenemos 3 responsabilidades a la hora de encargarnos de la alimentación de nuestros hijos:
Decidir qué se compra*: planificación de menú
Decidir cómo se cocinan esos alimentos
Decidir dónde se comen esos alimentos
Por su parte, los niños también tienen una responsabilidad: decidir cuánta cantidad de comida van a comer. Nacen con esa capacidad intuitiva de saber cuándo tienen hambre y cuando están saciados.
*También podemos darles oportunidad de escoger qué alimentos llevar a casa, pero por supuesto dentro de una variedad acotada, según esas decisiones responsables como padres.
¿Y qué sucede con un niño que no ha empezado a comer de forma consciente en sus primeros años de vida? ¿Es más difícil que consiga hacerlo después?
Si intentamos instaurar este método en un niño que ya está acostumbrado a comer de otra manera, no vamos a observar cambios inmediatos. ¡Pero sí se puede! Los cambios vendrán poco a poco.
Si el niño viene con un contexto de 'boca sesgada' por una mala alimentación o es caprichoso con la comida, hay que empezar por minimizar esos disparadores, empezando por no tenerlos a su alcance constantemente. De esta manera, aprenderá a diferenciar entre comida real y placeres puntuales como el “momento cumpleaños”.
A fuerza de familiaridad y repetición los niños aprenden, y aunque pasen malas rachas, siempre tendrán ese pozo.
¿Cómo es esa actitud firme pero no impositiva que fomenta el mindful-eating?
-Implicarlos en la toma de decisiones, pero sin ponerles en la situación de tener que escoger entre lo que les gusta y lo saludable. Ambas tienen que ir de la mano.
-Permíteles que coman cuando realmente tengan hambre, no cuando tú crees que tienen que comer.
-Cuando se come, solo se come y eso es así, pero procura establecer horarios de comida que se ajusten al hambre del niño. Si tu hijo tiene hambre a las 19:00 hr tal vez sea momento de cenar, no darle meriendas. Que tú como adulto tengas por costumbre cenar a las 21:00 hr no quiere decir que a él le venga bien ese horario.
-En la medida de lo posible, busca que te ayuden en el proceso. Bien sea a cocinar, a poner la mesa, etc… involúcralos como creas conveniente.
-Propiciar un ambiente de calma alrededor de la mesa, en la medida de lo posible. Un espacio agradable donde poder compartir, habla del día, reafirmar lo positivo de sentarse juntos a comer.
Este es para mí el mayor enemigo que tenemos para comer de manera consciente
La rapidez de vida que llevamos. En esta movida nos cuesta mucho comer tranquilos.
Dice Itziar que realmente entre comer en calma vs comer con prisa, tampoco hay mucho tiempo de diferencia. ¡Esta reflexión me hizo pensar… dale una vuelta!
La clave que da es la planificación, ese trabajo anticipatorio de tener menús ya preparados, comida lista, que solo sea sacar y descongelar.
Esto es tan importante como la comida en sí misma, porque de este ambiente también nos nutrimos. Todos tenemos algún recuerdo de comer con prisa y que nos siente fatal la comida, aún tratándose de alimentos saludables.
Ejercicios prácticos para enseñar a los niños
El estomagómetro: preguntarle por ejemplo que defina del 1 al 5 ¿cuánta hambre tienes en ese momento?
El concienciómetro: antes de empezar a comer, detenerse y hacer un ejercicio de conciencia que nos traiga la presente. Por ejemplo, respirar profundamente, dar gracias por esa comida y ese momento de compartir en familia.
Ayuditas extras para llevar el mindful-eating a la práctica y ver avances
· Evita etiquetar algunos alimentos como “malos” ya que puede aumentar el deseo por querer comerlos y después sentirse culpables.
· Evita castigar o premiar a tus hijos con comida. ¡Esto es súpeeeeer habitual! A la larga puede desarrollar una relación complicada con la comida.
· Reconoce qué normas alimentarias te pusieron a ti de pequeño o incluso qué normas te pones a ti mismo en tu edad adulta y flexiblízalas.
· Si al alimentar a tu hijo no te diviertes, él tampoco se divertirá.
· Evita tener comida para niños. ¡Ten comida en general! Los niños tienen que aprender a comer comida real, aunque adaptado a su paladar. Además, hay que enseñar con el ejemplo. Si quieres que coma vegetales… pues ya sabes.
· Entrena tu paciencia. Los niños tienen rachas buenas y rachas malas.
· Pide ayuda a un profesional si el clima emocional en torno a la hora de comer se complica.
Mitos sobre la alimentación infantil que tienes que sacar de tu vida hoy mismo
-"Es malo que coman más de 1 huevo al día"
-"Necesitan azúcar para tener energía"
-"Tienen que tomar mucha leche por el calcio"
Aquí tienes exactamente el minuto en el que hablamos de esto:
¡Recursos extras!
Blog de Itziar con más contenido sobre el tema: https://www.itziardigon.com/blog/
Gracias por estar ahí 🥰
Sigamos Cambiando un #TodoMal por un #TodoBien
¡Nos leemos pronto!
Nina.
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